viernes, 18 de enero de 2013

LA MUJER Y SU PARTICIPACIÓN EN LA REVOLUCIÓN MEXICANA



LA MUJER Y SU PARTICIPACIÓN EN LA REVOLUCIÓN MEXICANA
El México de 1910 y aun el actual, tiene ideales de cómo debían ser, pensar, sentir y actuar la mujer. Es decir los roles de género. Se esperaban fueran amables, serviciales, obedientes, sensibles, atentas y sacrificadas por sus padres, hermanos, maridos e hijos. Así mismo sus metas se dirigían a convertirse en esposas, madres y amas de casa. Las nuevas generaciones buscan cambios sociales que favorezcan la igualdad de género.
En el Porfiriato las mujeres se dividían en dos grandes sectores, las de la elite porifirista cuya vida placentera era ofensiva para la mayor parte de las mujeres y las del pueblo; campesinas y obreras que trabajaban hombro con hombro para el sostén diario de un hogar. De las mujeres de la elite porfirista no hablaremos, pues muchas de ellas dejaron el conflicto en manos de su marido y las más huyeron al extranjero escapando de la violencia revolucionaria. Hablaremos de las del pueblo, porque queremos hacer un homenaje a las mujeres que participaron activamente en la Revolución.
Su participación fue en rubros muy diversos como fueron las periodistas y escritoras que con la pluma darán batalla al Porfirismo y serán ejemplo de valor civil pocas veces visto. Destacan Juana Belén Gutiérrez que el periódico Vesper defendió la causa de los mineros mexicanos afectados por el régimen de Díaz. Guadalupe Rojo que en el periódico “Juan Panadero” defendió a los campesinos de Yautepec Morelos, defensa ardiente que pago con la cárcel, y María Hernández Zarco que, cuando 1913 la prensa capitalina se negó a publicar el vil asesinato de Francisco I. Madero, ella publico en la noche y a escondidas el discurso del Senador Belisario Domínguez que denunciaba tales hechos. Muchas de ellas escribieron con seudónimos porque su valentía no debe confundirse con estupidez, ya que sabían bien de los castigos a los disidentes del régimen y muchas de ellas al ser descubiertas padecieron miseria, persecución y cárcel.
Hablemos también de las Conspiradoras y las reunidas en asociaciones liberales, destacando las mujeres de la familia Serdán. Carmen Alatriste, madre de Aquiles, Carmen Serdán su hermana y Francisca Valle su esposa, en relación directa con Guadalupe, Rosa y María Narváez que se encargaron de la organización del levantamiento maderista en Puebla, y la profesora María Arias Bernal que organiza el Club Lealtad, de filiación liberal, que difundirán el crimen contra el Apóstol de la Democracia y visitaran su tumba para recordar a la sociedad el crimen de Victoriano Huerta.
Las mujeres también se encontraban en las fabricas porfiristas, junto con los hombres enrollando tabaco, procesando telas o envasando alimentos. Pero a diferencia de los hombres tenían salarios inferiores y eran maltratadas frecuentemente por los capataces. Se integraran a los sindicatos y hacia 1906 fundan la Sociedad de Empleadas de Comercio con fines asistencialistas pero de base sindical. Estarán también presentes cuando en enero de 1907 sean reprimidos los trabajadores de Río Blanco y sobre ellas, que encabezan el movimiento de la toma de la tienda de raya, caen las primeras balas, destacando la participación de Isabel Díaz, Anselma Sierra, Carmen Cruz, Margarita y Guadalupe Martínez y Lucrecia Toriz.
Mencionemos brevemente a las mujeres que vendieron sus bienes para sostener a la tropa revolucionaria y a las enfermeras de los diversos grupos revolucionarios. Pero hablemos con énfasis y orgullo de las soldaderas y adelitas. Aparecen cientos de ellas en las fotografías de la Revolución, sucias, desarrapadas, con rostros violentos y marcados rasgos populares. La Revolución fue un movimiento de masas y en las masas aparece la mujer anónima, sin nombre, apellido, o lugar de origen. Pero estuvieron ahí. Eran ellas las que preparaban la comida día a día, las que cargaban en su espalda a un chiquillo hijo de algún revolucionario y además un metate, petate y provisiones. Ellas alentaran a sus hombres a la lucha, ellas harán que la vida en los campamentos fuera más agradable. Ellas sacrificaron su seguridad y confort por seguir al hombre amor de su vida.
Así, el valor de estas mujeres es incuestionable para la historia de México. Muchas de ellas, años después, cuando el presidente Cárdenas distribuya pensiones revolucionarias, narraran su historia y comprobaran su participación, anexando para ello los grados que obtuvieron en batalla de coronelas y capitanas. De muchas de ellas su nombre se perdió en el polvo de la historia. Pero mencionemos por ultimo a una de ellas; Hermila Galindo, periodista relacionada estrechamente al grupo carrancista que presentó a Venustiano Carranca muchos temas de interés para la participación femenina en la política nacional. Pidió que para el Congreso de 1916 el voto femenino fuera considerado, sin conseguirlo. Pero algo obtuvo en la posibilidad del divorcio y la Ley de Familiares de 1917 con lo que la mujer podía ejercer la patria potestad sobre sus hijos.
En algunos colegios y libros de secundaria se imparte una educación centrada en la historia oficial enfocada a héroes, pero la mujer ha sido ignorada. Salvo en algunos casos, las mujeres están ausentes en los libros de historia, por ello, es necesario llevarlas hasta las aulas de las escuelas secundarias ya que, al no incluirlas en diferentes tiempos y espacios, los alumnos pensaran que no es falta de información propia de la historia tradicionalista de un sistema patriarcal, sino que no han contribuido o han contribuido muy poco a la conformación de nuestra sociedad.
Ricardo Ceballos Soto

El LATIFUNDIO Y LA TIENDA DE RAYA



El LATIFUNDIO Y LA TIENDA DE RAYA
"¿Esclavitud? ¿Quiere hacerme creer que todavía hay verdadera esclavitud en el hemisferio occidental?- respondí burlonamente - ¡bah! Ustedes hablan como cualquier socialista norteamericano. Quieren decir "esclavitud del asalariado", o esclavitud de condiciones de vida miserables. No querrán significar esclavitud humana. Pero aquellos cuatro mexicanos desterrados insistieron: - si, esclavitud - dijeron- verdadera esclavitud humana. Hombres y niños comprados como mulas, exactamente como mulas, y como tales pertenecen a sus amos: son esclavos -¿Seres humanos comprados y vendidos como mulas en América? ¡En el siglo XX!, Bueno - me dije - si esto es verdad, tengo que verlo"

Quiero desarrollar en este foro el tema "El Latifundio y la tienda de raya como factores para el estallido revolucionario" tema que me apasiona y a la vez me indigna, que me produce ira y a la vez nauseas. Y que a todo ciudadano consciente del valor de la libertad humana, producirá iguales o parecidos efectos.
Mi introducción es un fragmento del muy conocido libro México Bárbaro, donde el autor John Kenneth Turner nos narra su incredulidad ante la existencia de esclavitud en México. Sin embargo, sus investigaciones periodísticas lo llevaran a comprobar tristemente una verdad vergonzosa de nuestra historia nacional. Turner encontró que 50 personas controlaban la riqueza de la península yucateca, mientras miles de esclavos yaquis, mayas y mestizos, obtenidos por medios diversos como deudas o compra, sostenían la economía de las haciendas henequeneras. Y supo que, bastaba endeudarse con alguien relacionado a los reyes del henequén para terminar pagando de por vida una deuda inacabable, que casi siempre heredaba a sus descendientes. Además registro casos graves de esclavitud y maltrato; flagelamientos públicos, trabajo de sol a sol, hacinamiento en los jacales, niños y mujeres trabajando por nada de paga, y todos ellos muriendo mal alimentados y castigados por cualquier mínima infracción. La vida de un trabajador en estas condiciones se reducía a un año únicamente.
Turner creyó que al acercarse al centro de México las cosas cambiarían para mejor, pero llego a Valle Nacional, Oaxaca. Al llegar, lo primero que vio fueron largas filas de prisioneros atados destinados para las fincas tabacaleras. Luego de unos días, el infierno le pareció poca cosa ante esta región de dolor, muerte y desesperanza para el humilde. En este valle, la humedad tropical y sus fértiles tierras, propiedad original de los chinantecos, se habían convertido en presa de ricos mexicanos y compañías extranjeras que se dedicaron a la siembra del lucrativo tabaco, quienes habían formado apenas 30 haciendas en una extensa región.
Para hacerse de mano de obra barata, habían endeudado a la población de la región, pero pronto la lucrativa actividad conllevo a que miles de hombres, mujeres y niños de distintas partes del país se encontraran ahí por deudas con patrones, por causas políticas, por berrinches de los poderosos, y por los engaños de enganchadores que prometiendo buenos trabajos lograban reclutar mano de obra regalada para los dueños de haciendas tabacaleras. La vigilancia de capataces violentos y agresivos impedían la huida y los castigos físicos y las torturas desalentaban a muchos para escapar. Mientras la corrupción policiaca y gubernamental en todos los niveles hacía que los pocos que lograban escapar fueron aprendidos nuevamente y regresados a la finca a la que pertenecían. Si en Yucatán los esclavos podían vivir un año, en valle Nacional no pasaban de los 7 meses.
Yucatán y Valle Nacional no fueron, desafortunadamente, los únicos casos de latifundismo en México, en prácticamente todo el país la gran hacienda, el hacendado y el peón, fueron las piezas fundamentales del drama rural del país. La hacienda, unidad económica de producción que implicaba la posesión privada de enormes extensiones territoriales, había llegado con los conquistadores, fortalecida en el siglo XIX con las leyes que los liberales, torpemente, habían dictado atentando con ello con la noción de comunidad de los pueblos indios de México. Sin embargo, fueron las leyes y reglamentos de Porfirio Díaz los que incrementaron la magnitud de la desgracia, y su gobierno protegió a los Terrazas en Chihuahua que poseían 2 millones de hectáreas, a Olegario Molina que poseía en Yucatán y Quintana Roo 6 millones de hectáreas, además de algunos cientos de hacendados mexicanos y extranjeros cuyas propiedades rebasaran las 10,000 hectáreas. Mientras cientos de miles de mexicanos no disponían más que de una parcela que superaba la hectárea y en ocasiones ni eso, para sostén económico de una familia.
Para volver aun más lucrativa la hacienda, se creó el sistema de las tiendas de raya, casi todas dentro del casco de la hacienda, donde se expendían productos de mala calidad y a precios inflados. En un círculo vicioso los peones cobraban su sueldo en efectivo, sino en vales, y únicamente podían comprar en el establecimiento oficial, propiedad del patrón. Compraban lo más indispensable para la subsistencia y por su bajo salario y los precios inflados, se veían en necesidad de solicitar crédito que el patrón concedía, anotando la deuda que mes tras mes iba creciendo sin posibilidad alguna de pagarla y recuperar la libertad.
La tienda de raya no solo estuvo en el casco de la hacienda rural, las fábricas de Rio Blanco tenían una sola tienda, de igual modo Cananea. Ahí se obligaba a los trabajadores a consumir exclusivamente para incrementar la riqueza de los dueños. Entonces, las infamias del sistema porfirista, llevaba a millones de mexicanos a la pobreza extrema, a la hambruna crónica y a la desesperanza social.
Turner al final de su libro comentara: “Bajo el bárbaro Gobierno mexicano actual, no hay esperanza de reformas, excepto por medio de la Revolución” A los pocos meses de su apreciación; Madero, Villa, Orozco y Zapata así como cientos de líderes revolucionarios y el pueblo en general, se levantaran en armas y uno de sus objetivos centrales será la destrucción del latifundio y la tienda de raya.
Luego de esta revisión histórica nos queda decir, que en nuestras manos esta impedir siempre y en cualquier lugar la injusticia social, la miseria generalizada, el hambre crónica y el abuso de poder. En manos de los hombres y mujeres de este país, particularmente de los hombres y mujeres jóvenes.

martes, 15 de enero de 2013

Ricardo Flores Magón



Ricardo Flores Magón
pero no habrá nadie que se atreva a estampar esta inscripción: aquí yace un cobarde y traidor a sus ideas”.

Así se expresa Ricardo Flores Magón en 1920, desde su celda en la prisión federal de los Estados Unidos en Kansas. Pero ¿quién fue Ricardo Flores Magón?. ¡Nada hay más dramático que la vida de un ser humano y no es posible entender el mecanismo oculto de los hechos históricos de un pueblo, si no se conocen las vidas de quienes propiciaron o desencadenaron tales hechos!. La vida de Flores Magón, es un drama de nuestra historia y su obra una poesía de nuestra patria.
Este héroe revolucionario, quizá nos sea un poco desconocido y lejano, pero la nación mexicana tuvo en su personalidad un dignísimo exponente que todavía proyecta fulgores de intelectualidad prestigiosa hacia los horizontes del futuro. Valeroso hombre encarcelado nueve veces por sus ideas de igualdad, justicia y libertad, nació un 16 de septiembre ¡cómo si la vida le marcara ya un derrotero de lucha libertaria! de 1874 en la cañada oaxaqueña. Periodista y escritor continúa con la tradición liberal de la reforma de Benito Juárez. A los 18 años ya destacaba como orador en mítines dentro de la escuela de minería de la ciudad de México, y por ello es detenido un mes junto con otros estudiantes; jóvenes críticos y analíticos, como debe ser la juventud mexicana.
Como periodista sabrá que la palabra escrita es incendiara, contundente, de amplia difusión y permanencia en el tiempo. Su primer periódico; “El demócrata” fue clausurado por la policía porfirista, como logra escapar al arresto, para 1900 funda el periódico “Regeneración” con el lema “contra la mala administración de justicia”, y será tribuna para denunciar públicamente los excesos, vicios y desmanes del Porfiriato. Desnudando el carácter clasista de la dictadura, atacando ferozmente a hacendados, empresarios, autoridades y a todo vil lacayo del dictador en la presidencia: Porfirio Díaz.
Como otros mexicanos, acudió al primer congreso liberal de 1901, donde gritara voz en cuello, y con el valor de su juventud incendiaria, todo lo corrupto del sistema que sostenía a Díaz, incluido al mismo Presidente. Ese mismo año es detenido por segunda vez por los artículos de “Regeneración” y junto con su hermano Jesús purgara en la cárcel de belén el crimen de expresarse libremente.
clausurado su periódico y una vez fuera de la cárcel, su pluma no descansara en su ideal de campesinos y obreros en igualdad de condiciones y justicia social. Ahora funda “el hijo del ahuizote” y por sus denuncias a funcionarios públicos irá a prisión por tercera vez, ahora a la de Santiago de tlatelolco.
Ciudadano consciente de su realidad y con motivo al aniversario de la constitución de 1857, la fachada del edificio de su periódico lucirá listones negros y una manta enorme con la leyenda: “la constitución ha muerto”. porque señores, era verdad que México tenía una constitución, pero se regía por los caprichos de los poderosos, bajo la complaciente mirada del dictador. Por eso, adelantándose a francisco i. madero, y sintetizando el pensamiento de muchos otros mexicanos, acuñara la frase: “no reelección” que portaran en cartelones un grupo liberal durante una manifestación. Causa de su cuarto arresto.
Por su origen campesino e indígena, sabe de la lucha de los pueblos mexicanos contra las haciendas y las injustas leyes que les arrebataban sus propiedades. y por eso acuñara la frase “tierra y libertad” que más tarde llevaría al campo de batalla el insigne caudillo del sur: Emiliano zapata. Pensaba Ricardo: “somos la plebe, pero no aquella o cualquiera, somos la plebe que con hidalgo incendia granaditas, somos la plebe que con Juárez sostiene la república”. Cuando Díaz ordena que cualquier periódico que diera cabida a los escritos de los flores magón, estaría sujeto a proceso judicial. Ricardo y otros connotados liberales deciden trasladarse a estados unidos para de allí continuar la lucha por sus ideales. En san Antonio Texas vuelve a publicar “regeneración” pero un esbirro de la dictadura trata de asesinarlo, aunque afortunadamente su hermano enrique le salva la vida.
Estando en san Luis Missouri sufre la quinta detención por sus pregones impresos de libertad. porque hasta allá llegaban los largos e implacables brazos del dictador mexicano, gracias a la complicidad de funcionarios norteamericanos. Encarcelado Ricardo, clausuran el periódico alegando argumentos legales, pero en realidad las autoridades extranjeras ayudaban así a Porfirio Díaz. este apoyo a la dictadura de parte del gobierno americano se comprueba cuando en 1907 le clausuran también el periódico “revolución”. pero flores magón, cansado de los abusos del sistema y al ver que la vía electoral pacifica no serviría para cambiar el gobierno mexicano, desde el exilio organiza levantamientos armados entre 1906 y 1908 en varias partes del país, pero desafortunadamente fracasan.
Como presidente del naciente partido liberal mexicano fundado en 1906, se unió al movimiento encabezado por Francisco I. Madero en 1910, y se adhiere al plan de San Luis que determinaba que el día 20 de noviembre empezaría el levantamiento armado para derrocar al eterno gobierno del presidente Díaz. Por ello es encarcelado por séptima vez, acusado de armar una expedición militar para entrar a México. Derrocado el gobierno porfirista se le presenta la oportunidad de ocupar la vicepresidencia, dinero, tranquilidad, honores y un retorno pacifico a México. pero declinó por no abandonar sus principios e ideales. por lo mismo vivirá sus últimos años en la miseria y la persecución.
Ofendido porque las autoridades norteamericanas en vez de apoyar causas libertarias justas, perseguían la libertad de expresión, procedió a denunciar públicamente la persecución y el maltrato del gobierno de Texas sobre los connacionales migrantes y sobre todo en los liberales. Por lo anterior es preso por octava ocasión, pero una vez libre vuelve a denunciar estos maltratos y acusado de violar el decreto de espionaje es arrojado a las cárceles norteamericanas por novena ocasión.

Desde prisión, en sus últimos días anoto:
no sobreviviré a mi cautiverio pues ya estoy viejo; pero cuando muera, mis amigos quizá escriban en mi tumba: aquí yace un soñador. y mis enemigos: aquí yace un loco. pero no habrá nadie que se atreva a estampar esta inscripción: aquí yace un cobarde y traidor a sus ideas”

lunes, 14 de enero de 2013

LAS HUELGAS DE CANANEA Y RIO BLANCO Y SU INFLUENCIA PARA EL ESTALLIDO DE LA REVOLUCIÓN



LAS HUELGAS DE CANANEA Y RIO BLANCO Y SU INFLUENCIA PARA EL ESTALLIDO DE LA REVOLUCIÓN

A principios del siglo XX dos huelgas de extraordinaria importancia marcaron la historia del origen del movimiento obrero mexicano. Durante la Dictadura Porfirista se prohibió a los trabajadores que formaran organizaciones o iniciaran cualquier revuelta o manifestación para defender sus derechos laborales, castigándose con multas e inclusive prisión, a quienes desobedecieran. No obstante esta prohibición en junio de 1906, en el estado de Sonora, trabajadores de las Minas de Cananea hicieron estallar una huelga por salarios más altos y trato igualitario para trabajadores mexicanos, que en comparación con los empleados norteamericanos padecían discriminación. Varios trabajadores murieron y otros fueron heridos.
La noche del primero de junio de 1906, la población de Cananea, Sonora se conmovió profundamente a consecuencia de un suceso desconocido hasta entonces en los anales del Gobierno del General Porfirio Díaz. Cerca de dos mil trabajadores de la Green Consolidated Mining Company, inconformes porque sus salarios eran menores que los que devengaban sus compañeros norteamericanos, al recibir la negativa de la empresa de aumentárselos, decidieron ir a la huelga. Abandonando sus labores se dirigieron a las oficinas de negociación a invitar a los empleados a que secundaran su movimiento, encabezados por los trabajadores Juan José Ríos, Manuel M. Dieguez, Esteban Vaca Calderón, entre otros, pero al llegar a la maderera en donde la mayor parte de los trabajadores eran yanquis, fueron recibidos con una descarga de fusilaría que mato a dos huelguistas e hirió a otros más.
Ante aquella cobarde agresión los obreros repelieron el feroz ataque con piedras y mataron a los hermanos Metcalf y a otro yanqui llamado Burt Bush.La mecha estaba prendida. Los demás norteamericanos se reunieron violentamente y viendo que los huelguistas estaban inermes, los persiguieron por las calles de la población obligándolos a buscar refugio en la sierra cercana. Sin embargo, los obreros en su precipitada fuga tuvieron tiempo para incendiar cinco depósitos de madera, un depósito de semillas, otro de forrajes y el edificio de la maderera. Enormes lenguas de fuego se levantaban hasta el cielo y pudieron verse perfectamente desde la vecina población de Douglas, Arizona, en donde creyeron que se trataba de una catástrofe de otra índole.
El día 2 de Junio el cónsul de Estados Unidos en Cananea pidió ayuda a su país, e inmediatamente yanquis armados persiguieron a los huelguistas. El gobernador Rafael Izabal y el general Luis E. Torres, difícilmente lograron establecer el orden.
El día 3 la población se encontraba bajo la ley marcial, el saldo trágico había sido de 23 muertos y 22 heridos de ambas partes, y fueron aprehendidos más de 50 individuos a quienes se acuso de ser los agitadores del movimiento y entre los que se encontraban Calderón, Diéguez, José María Ibarra, Javier Huitemea (Buitimea?) entre otros, los que fueron enviados inmediatamente a las mazmorras de San Juan de Ulúa.
El día 4 se soluciono el movimiento y se reanudaron los trabajos, faltando muchos huelguistas que habían huido temiendo las represalias. En México los sucesos de Cananea eran el platillo del día y se desaprobaba que el Gobierno hubiera permitido la entrada al país de mercenarios norteamericanos para intervenir en un conflicto netamente nacional. Los periódicos de oposición editorializaban furiosamente y reprochaban al gobierno que tolerara la inmigración de norteamericanos, que solo venían a quitar el trabajo a nuestros obreros y a llenarlos de oprobio, y sugerían por primera vez que hicieran una reglamentación del trabajo en la República Mexicana. También se dijo en aquella ocasión que los sucesos de Cananea constituyeron el primer chispazo de la Revolución.
El 22 de junio de 1906, llego a México el gobernador de Sonora, Rafael Izabal, a responder de su actitud sobre la huelga de Cananea, se creyó que iba a ser procesado y que se haría justicia en tan sonado asunto, pero después de dos meses regreso a Sonora a seguir gobernando.
Con esta situación, al año siguiente otra importante huelga estalló. En enero de 1907, en la región de Orizaba, en el Estado de Veracruz, trabajadores de las fábricas textiles de Río Blanco se pusieron en huelga por las malas condiciones de trabajo a que eran sometidos, entre las que se contaban jornadas de 12 horas, salarios sometidos a multas y control sobre las actividades que realizaban los trabajadores. El resultado fue un importante número de heridos y muertos.
Los abusos de las tiendas de raya y las casas de empeño, los exiguos salarios, la discriminación y despotismo con que eran tratados los obreros, las multas y prohibiciones establecidas por los patrones, fueron causas que originaron el movimiento obrero en Río Blanco. Además de una ley de principios de Diciembre de 1906, decretada por los empresarios de la industria textil del área Puebla-Tlaxcala,  implantando un nuevo reglamento de trabajo que establecía la jornada de 14 horas.
Debido a las condiciones de explotación que sufrían los obreros, en Orizaba, Veracruz se organizaron integrando un grupo que se denominó "Círculo de Obreros Libres". Este Círculo estuvo dirigido por antiguos integrantes del Partido Liberal, en el que participaban los hermanos Flores Magón. Sus objetivos consistían en oponerse a los abusos del capitalismo, en luchar contra la dictadura y en ayudar a quienes eran perseguidos o encarcelados. Al Círculo de Obreros Libres se unieron los trabajadores textiles de la región de Puebla y del centro de Veracruz con la finalidad de lanzarse a la huelga.
Como consecuencia de la huelga iniciada el 03 de diciembre de 1906 y en la que participaban más de 6 mil trabajadores, las condiciones de los obreros de Santa Rosa, Orizaba y los de Río Blanco se tornaron más difíciles. En busca de una solución, los obreros nombraron como árbitro de la problemática suscitada al presidente Porfirio Díaz, cuyo fallo fue en contra de las demandas planteadas y al no obtener una respuesta favorable, el conflicto creció y los trabajadores decidieron continuar la huelga.
En la mañana del 07 de enero de 1907, los obreros se presentaron frente al edificio de la fábrica sin que entraran a trabajar. Un empleado de la tienda de raya dio muerte a uno de los huelguistas y la reacción de los obreros fue atacar con piedras la llamada "Casa Azul" y, amotinados, saquearon la tienda de raya dando muerte a los dependientes. A las 9 de la mañana llegaron fuerzas del 13° Batallón, dispararon contra la multitud y mataron a 17 obreros e hirieron a 80. Los huelguistas marcharon entonces a Santa Rosa y Nogales donde saquearon establecimientos comerciales. En la tarde, regresaron a Río Blanco, se apoderaron de armas en las casas de empeño y llegaron a dominar en combate con los federales algunas estaciones ferroviarias entre Orizaba y Maltrata. Esta ciudad estaba protegida por 800 infantes, 60 rurales y 150 policías, y se habían movilizado contra los obreros los batallones 12, 13, 17 y 24.
Al terminar ese día, había 200 detenidos en la fábrica de Río Blanco, a muchos de los cuales se les fusiló ahí mismo. Veinticuatro horas después eran ya 140 los trabajadores muertos. El pronunciamiento de Río Blanco, al igual que el de Cananea, en 1906, fue reprimido por las autoridades. Sofocada la huelga fueron fusilados los dirigentes. 
Las fábricas de Río Blanco, Nogales, Santa Rosa, El Yute y Cerritos quedaron custodiados por el Ejercito, y centenares de obreros fueron desterrados a Valle Nacional y a Quintana Roo. Así, condiciones infrahumanas de trabajo, discriminación, bajos salarios y maltrato, llevan a que los ideales de los liberales encuentran un campo propicio para buscar la unión de los obreros en contra del injusto sistema laboral. Una vez reprimidos los dos levantamientos, la sociedad mexicana vera el tipo de régimen que gobernaba y apoyaran veladamente a los obreros. Simpatizando con su causa y al momento de iniciarse el movimiento maderista los obreros buscaran apoyar un gobierno nuevo que fuera justo para con los trabajadores.