martes, 13 de abril de 2010

PORFIRIO DÍAZ Y LA REVOLUCIÓN MEXICANA (HÉROE O VILLANO)



PORFIRIO DÍAZ Y LA REVOLUCIÓN MEXICANA
(HÉROE O VILLANO)

Tema por demás polémico y que suscita los más apasionados debates. Juzgar a un personaje desde el punto de vista histórico, considero, es injusto, pues la historia no es juez; es conocimiento y análisis, es obtención de la verdad y no de un juicio de culpabilidad o inocencia. La historia no debería buscar héroes o villanos, sino seres humanos que con sus aciertos y errores han construido la realidad actual.
Analicemos brevemente las dos facetas de la historia personal del hombre que montado entre el siglo XIX y XX, dará a México uno de los periodos más apasionantes de nuestra historia patria. Nacido en Oaxaca estudiara en el seminario como muchos otros oaxaqueños, pero impresionado por la personalidad de Benito Juárez abandona la carrera eclesiástica para ingresar al Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca a la edad de 20 años, institución de talante liberal y por ello anatemizada por los conservadores. Pronto obtiene una cátedra en el instituto y el puesto de bibliotecario mejorando así su situación económica. Hace así carrera de abogado.
Apoyo a la Revolución de Ayutla en contra de Santa Anna y secundando a Juan Álvarez. Avalo y obedeció siempre al gobernador Benito Juárez, por lo que fue nombrado Jefe Político de Ixtlán y más adelante Jefe militar en el Istmo de Tehuantepec. Durante la Guerra de Reforma peleara del lado liberal y ascenderá militarmente de forma continua. Y al momento en que ocurre la Invasión francesa, luchara exitosamente defendiendo la integridad del territorio, destacándose en las batallas victoriosas de mayo en Puebla, mostrando en esa ocasión gran valor y aun bizarría.
Pero la guerra contra Francia se pierde y es hecho prisionero aunque logra escapar y busca a Juárez en México, quien lo envía como gobernador a Oaxaca a fin de hacer la lucha dentro de ese Estado contra los invasores franceses. Mantendrá controlado su estado natal y al invasor francés en continuas derrotas. Pero nuevamente cae prisionero y encarcelado en un convento de Puebla de donde logra escapar. Se retira al sur y reorganiza un ejército con el que reconquista Oaxaca y recupera el puesto de Gobernador.
De ahí sitiara Puebla que toma para la causa liberal y el bando juarista. Por lo anterior es premiado con la hacienda La Noria en Oaxaca mientras su hermano Félix era elegido como el Gobernador de Oaxaca. Republicano y liberal, leal al Presidente Juárez, competirá con él en elecciones que perderá debido al peso carismático de Benito Juárez, por tres ocasiones consecutivas quedo en segundo lugar y es por ello que organiza su Plan de la Noria en contra de la reelección de Juárez, buscando apoyo pondrá en aprietos al gobierno de Juárez pero su revolución fracasa cuando muere Juárez y asciende legítimamente Sebastián Lerdo de Tejada a la Presidencia, por lo que el motivo del conflicto desaparece.
Regresa a Oaxaca pero en apuros económicos vende la hacienda de la Noria y se traslada a Veracruz donde conocerá algunos tiempos de idílica paz. Para 1876 vuelve a presentar su candidatura ahora en contra de Lerdo de Tejada, reprimidos e imposibilitados por el gobierno lerdista, lanza el Plan de Tuxtepec apoyado por muchos inconformes contra el gobierno de Lerdo y finalmente gana esta guerra por lo que se impone como Presidente provisional, controlando las posibles oposiciones para su primer periodo presidencial.
Así, hasta el momento de iniciar su periodo presidencial ha sido el héroe contra Santa Anna, contra los conservadores, contra los franceses e incluso contra las reelecciones de Juárez y Lerdo. Ya el poder obtendrá varios puntos a su favor como pacificar al país desapareciendo las gavillas de bandoleros que azotaban los caminos, pagar la deuda externa con Estados Unidos, unificar en su gabinete a liberales y conservadores cuyas luchas intestinas habían llevado a debilitar México, tender líneas de ferrocarril, industrialización del país, obtener el reconocimiento de Estados Unidos como país, y convertir a México en destino preferente de muchas inversiones extranjeras. Además se introdujeron las mejoras tecnológicas europeas; teléfono y telégrafo entre otros.
Ahora bien, hemos visto como su historia personal nos ha arrojado muchas luces sobre él, y por lo mismo pasaría a ser un héroe automáticamente. Pero veamos los puntos negativos.
Agresividad y violencia: Su personalidad finalmente era la de un militar, acostumbrado a las soluciones violentas y rápidas. La marca de su periodo; la represión y el control político, será evidente cuando para poder ganar su compadre Manuel González mandara matar a los opositores en Veracruz con la frase “Mátenlos en caliente”. Considerara a los indios yaquis como irreductibles a la civilización y por ello favorecerá su exterminio. Ejercerá férreo control sobre los vagos sin oficio, ebrios y toda lacra social como un medio para procurar al máximo su frase “orden y progreso”. La misma política que aplico a los bandoleros del país, la aplicara a los opositores a su régimen.
Permanencia en el poder y ataque a disidencia: Sus continuas reelecciones son una prueba de que al igual que muchos otros mexicanos del siglo XIX, veían en México a un pueblo inmaduro para las elecciones, y su lema del plan de Tuxtepec solo era la bandera necesaria para derrocar a gobiernos previos. Hay que considerar que el ego y la vanidad de un ser humano le hacen creerse imprescindible y Porfirio se consideraba a sí mismo como un padre severo de este país. Por ello permaneció en la silla presidencial y favoreció para que todos aquellos que se encargaban de agradarle y encargados del mantenimiento del orden, permitiendo cacicazgos fuertes dentro de todo el país. Por ello, y sabedor de algunos desmanes de sus funcionarios, desoirá las voces que denunciaban a sus gobernadores que se enriquecían a costa del sudor de miles de mexicanos. Por ello considerara a los liberales y opositores al régimen como retrogradas que los movían sucios interés personalistas, y que no comprendían el valor de su obra civilizadora.
Condiciones campesinas y laborales: Respetuoso del liberalismo, considero que las tierras ociosas, aquellas que no eran productivas por medios mecanizados y occidentales, debían pasar a manos de los empresarios mexicanos y extranjeros que las hicieran producir para así favorecer un mercado fuerte de productos básico. Por ello decreto varias leyes sobre las tierras ociosas o baldías y esto conllevo a que una elite muy pequeña monopolizara las tierras mexicanas creando la gran hacienda. Ello afecto profundamente a los campesinos libres porque ahora solo podían trabajar para el dueño, así como a las comunidades indígenas. Mientras que la industria nacional monopolizada por los extranjeros, fue protegida d todo intento de los obreros por formar sindicatos y asociaciones de trabajadores, pues ponían en riesgo el camino industrial y las relaciones con el extranjero. Por ello siempre avalo las injustas relaciones laborales y protegió al capital extranjero y nacional. Hay que imaginar, que luego de su agitada vida militar comprenderá que el México de ese entonces requería el orden para progresar, que los políticos al igual que el podían traicionar al hombre en el poder, que las bases populares no eran necesariamente inteligentes y sobre todo.
Imaginemos sus últimos años en la cima del poder, don Porfirio se afranceso, creo paseos y jardines donde la pobreza y miseria era prohibida, pocas veces entro en contacto con el pueblo pues a donde quiera que iba lo mejor de la sociedad lo recibía y todo se iba en fiestas, inauguraciones, exposiciones y paseos. Sin duda sus colaboradores más cercanos se encargaban de ocultar las injusticias a sus ojos, pues nadie se atrevía a decirle nada de la realidad mexicana, pero también le convencían día a día que esas eran nimiedades a pagar a costo de un país moderno. Envanecido perdió el contacto con su realidad y conforme fue más viejo, fue perdiendo la fuerza y entonces no se imagino fuera del protector poder que le rodeaba fortaleciendo sus posturas e ideas.
Así pues, su vida en un conjunto de luces de gloria y sombras de ignominia. Y sin embargo nuestra imagen de villano forjada se ha debido a que el gobierno triunfador de la Revolución buscara al causante de su reacción y al culpable de la sangrienta guerra de 10 años. Encontrándolo no en el sistema político y social del porfiriato, sino en Porfirio Díaz, la excusa perfecta que avala su pertinencia y valor histórico como grupo en el poder.
Aun hoy, sus restos yacen en París a donde la Revolución Mexicana lo exilio, y su figura continua generando polémica y discusión.
HÉROE O VILLANO, YO DIGO QUE: SIMPLEMENTE HUMANO

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